jueves, 19 de noviembre de 2009



Esto de estar casada hace que mi vida se esté tranquilizando fiestilmente hablando... Hoy mismamente, espichona y yo en casa.
Menos mal que encima tengo un novio gilipollas, que me hace llorar de vez en cuando (de vez en mucho, por suerte). Pero aunque me haga llorar, lo quiero demasiado, y no quiero quererlo tanto, sé que no me viene bien tanto amor.